La ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelén Mazzina, ha presentado una denuncia ante el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), luego de las expresiones de violencia política por parte del periodista Ángel “Baby” Etchecopar en contra de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau.

En su denuncia, Mazzina alega que las palabras de Etchecopar constituyen violencia política y simbólica, contrarias a las leyes nacionales y pactos internacionales de Derechos Humanos de los que Argentina forma parte. Además, señala que estos mensajes refuerzan patrones socioculturales “alejados del esfuerzo por prevenir y erradicar la violencia por motivos de género y la discriminación”, a la vez que contribuyen a “legitimar otros tipos y modalidades de la violencia machista”.

Por ello, la ministra ha solicitado al Enacom que “actúe y disponga las medidas pertinentes conforme a las leyes nacionales, convenciones y tratados internacionales” y que tome en consideración las recomendaciones realizadas por el Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (Mesecvi) de la OEA para “terminar con la creciente violencia política y de género en Argentina”.

Además, Mazzina también ha presentado un escrito ante la Unidad Fiscal de Tigre Centro, para el tratamiento con perspectiva de género de los hechos de violencia política denunciados por la titular de Aysa, Malena Galmarini.

En este escrito, la ministra expresa su preocupación y brinda recomendaciones para el tratamiento con perspectiva de género de los hechos de violencia política denunciados por Galmarini por “hostigamiento” de parte del personal municipal de Tigre Centro.

Es importante destacar que estas situaciones conforman una “escalada de discursos antidemocráticos que intentan disciplinar y excluir a las mujeres del debate público y la vida democrática del país”. Es urgente que la dirigencia argentina ponga un límite a la violencia política y renueve el pacto democrático para garantizar la participación política de todas las personas en igualdad de condiciones.

En definitiva, es fundamental que la sociedad en su conjunto y en especial a la dirigencia política, económica y mediática rechacen este tipo de expresiones y se comprometan a erradicar la violencia política y simbólica contra las mujeres. Solo así podremos vivir en una sociedad más justa e igualitaria para todas las personas, sin distinción de género.

Fuente: Telam

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