La economía paraguaya ha sido noticia últimamente debido a la lucha que está teniendo para mantener su estabilidad. A pesar de los estragos de la pandemia, Paraguay ha logrado mantener controlada la inflación y no abandonar su camino de crecimiento. Sin embargo, la deuda pública del país ha ido aumentando en los últimos años, aunque aún se mantiene entre las más bajas de la región.

Paraguay es un país con una economía muy diversa. Es considerado una despensa para el planeta, ya que es el tercer exportador mundial de soja. Además, produce otros alimentos importantes como maíz o carne. Paraguay también cuenta con hidroeléctricas que le permiten generar energía para abastecer a su población y a la de países vecinos como Argentina y Brasil.

A pesar de estos datos alentadores, la economía paraguaya se ha visto afectada en los últimos años por la pandemia y la sequía en la región. En 2019, el crecimiento económico del país fue del 0% y un año después cayó un 0,6%. La falta de lluvias redujo la producción de soja en un 55% entre la zafra 2020-2021 y la de 2021-2022. A pesar de esto, gracias a dos décadas de buena administración económica y a precios favorables de las materias primas, se incrementó la producción, la inversión, el ingreso per cápita y se redujo la pobreza.

Sin embargo, la situación fiscal del país preocupa a economistas y especialistas. Aunque Paraguay ha evitado desequilibrios macroeconómicos de proporciones desmedidas, como la hiperinflación, los déficit fiscales fuera de control o una deuda externa excesiva, el país aún debe trabajar en el ordenamiento de las finanzas públicas. Según César Barreto Otazú, economista y columnista, el país está en proceso de convergencia fiscal para volver a los estándares antes de la pandemia.

Sin embargo, hay un problema mayor que preocupa a Barreto y otros especialistas: el Estado no funciona correctamente y los servicios públicos son de mala calidad. Como resultado, los contribuyentes no están dispuestos a pagar más impuestos ya que no ven resultados. Además, el crecimiento de la deuda pública del país en relación al PIB también es motivo de preocupación.

En resumen, la economía paraguaya ha logrado mantener su estabilidad a pesar de los retos que ha enfrentado en los últimos años. Aunque hay problemas por resolver en las finanzas públicas y en la calidad de los servicios, el país sigue siendo una economía diversa y fuerte que produce alimentos y energía para su población y la de sus vecinos.

Fuente: Infobae

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