Acusaron de terrorista al pastor que promovía el ayuno extremo y llevó a la muerte a decenas de personas

La noticia que ha conmocionado a Kenia y al mundo entero sobre la Secta de la Buena Nueva, liderada por el “pastor” Paul Mackenzie Nthenge, ha resultado en el hallazgo de un total de 83 muertos. Los investigadores han estado peinando cerca de la ciudad costera de Malindi, buscando fosas comunes, y han encontrado los cuerpos de los presuntos miembros de esta secta que promovía el ayuno extremo.

Este tipo de culto no es nuevo en el mundo, sin embargo, esta masacre en particular ha hecho que se cuestione la regulación de las iglesias, mezquitas, templos o sinagogas en Kenia, país predominantemente cristiano. El ministro del Interior, Kithure Kindiki, ha prometido castigos más severos para aquellos que promueven estas prácticas atroces y regulaciones más estrictas para los movimientos religiosos marginales del país.

Pero, ¿cómo llegó esta secta a tener tanto control sobre sus seguidores? El “pastor” Paul Mackenzie Nthenge promovía el ayuno entre sus fieles para “conocer a Jesús”. Además, según informes, ya había sido detenido en dos ocasiones, la última vez en marzo de este año, tras un caso en el que dos niños murieron de hambre. Pero fue liberado después de pagar una fianza de alrededor de 700 dólares.

La “masacre de Shakahola”, como los kenianos se refieren a esta tragedia, ha provocado una ola de indignación en el país africano. El presidente William Ruto tachó de “terrorista” al “pastor” de la secta, y ha prometido medidas contundentes contra aquellos que “utilizan la religión para promover actos atroces”.

Este drama ha reabierto un debate sobre el control del culto religioso en Kenia, y ha puesto de manifiesto la necesidad de que las autoridades tomen medidas más estrictas para evitar que este tipo de situaciones se repitan en el futuro.

En resumen, la Secta de la Buena Nueva ha causado la muerte de decenas de personas en Kenia. El “pastor” Paul Mackenzie Nthenge, quien ha sido acusado de terrorismo, promotora el ayuno extremo entre sus seguidores. Las autoridades Kenianas deben tomar medidas más estrictas para evitar que este tipo de situaciones se repitan en el futuro. Es importante recordar que las creencias religiosas son un derecho humano fundamental, pero deben ser practicadas dentro de los límites del respeto a la vida y la dignidad humana.

Fuente: Telam

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