Doce millones de niñas son forzadas a casarse cada año, según un informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Esta cifra alarmante es el resultado de una multiplicidad de factores, como conflictos armados, el cambio climático, la pobreza extrema y el impacto de la pandemia de Covid-19. Estos problemas han generado una “batalla cuesta arriba” para terminar con esta práctica, que afecta negativamente a la educación y a la vida de las niñas en todo el mundo.

A pesar de la disminución del porcentaje de matrimonios infantiles en los últimos años, el ritmo necesita ser 20 veces mayor para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030. Actualmente, hay unas 640 millones de niñas y mujeres que se vieron obligadas a contraer matrimonio en la infancia, y esta situación se acentúa en el África subsahariana, donde se necesitarán más de 200 años para acabar con el matrimonio infantil.

El matrimonio infantil es una práctica cultural que implica a menudo la violación de los derechos y de la dignidad de la niña. Quienes sufren el matrimonio infantil padecen consecuencias inmediatas y de por vida, ya que corren más riesgo de abandonar la escuela y quedar embarazadas de manera prematura, lo que a su vez puede aislar a las niñas de familias y comunidades, y aumenta la probabilidad de sufrir complicaciones psicológicas y físicas.

Los conflictos armados, las perturbaciones climáticas y los efectos de la pandemia de Covid-19 contribuyen a ello, según el informe. Las niñas que viven en entornos más vulnerables son más proclives a convertirse en esposas de niñas que el promedio mundial de jóvenes. De acuerdo al análisis, tienen el doble de probabilidades de casarse, mientras que cada vez que las muertes ligadas a conflictos se multiplican por diez, hay un aumento del 7 por ciento en los matrimonios infantiles.

Es necesario que se implementen políticas y programas para prevenir el matrimonio infantil y garantizar la protección de la infancia y de los derechos humanos de las niñas. Además, se requiere una educación adecuada sobre los derechos y la igualdad de género para combatir las actitudes y las normas que sostienen esta práctica.

En resumen, el matrimonio infantil es una práctica que afecta negativamente a la educación y a la vida de las niñas en todo el mundo. Es necesario que se tomen medidas para prevenir esta práctica y asegurar los derechos y la protección de la infancia. Juntos, podemos combatir el matrimonio infantil y promover un futuro más justo e igualitario para todas las niñas.

Fuente: Telam

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